Padre Perdónalos

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.Una frase muy usada y la oración como tal, la más poderosa entre todos los cristianos, sin embargo, en investigaciones realizadas, vamos a encontrarnos con una controversia con respecto a esta expresión de nuestro señor Jesús en la cual se habla de que no existen documentos que puedan respaldar la autenticidad de ésta.

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

Con esta expresión, Jesús en la cruz, se refiere al pueblo judío en general y en concreto a los que lo crucifican. El problema de este versículo es que no se encuentra en los principales manuscritos del Nuevo Testamento ni en el Papiro 75, los códices Sinaítico, Vaticano, Claromontano, Freeriano y otros.

Con solo saber ésto se duda de su procedencia .Por esta razón, la edición actual, científica, del Nuevo Testamento griego (Nestle-Aland edición 27 lo edita entre dos paréntesis cuadrados, lo que indica que los editores dudan mucho de su autenticidad).

Existe otro argumento en contra es que si se elimina, el pasaje de Lucas se puede leer con toda naturalidad. Dicho con otras palabras: parece un añadido innecesario.También se dice es que no hay argumento para que unas palabras máxima de Jesús se hayan desaparecido en el resto de la tradición.

Finalmente, la frase asignada a Jesús es sospechosa porque se corresponde bien con la teología del evangelista Lucas, quien es incisivo con el perdón por parte de Jesús y en la ignorancia del pueblo judío en relación a la persona de aquél. No es extraño, pues, -se argumenta- que sea un añadido de la tradición de Lucas.

Cuando Jesús estaba agonizando, tenía una gran preocupación que era el perdón de toda esa multitud que se consideraban entre sus enemigos. Le dijo al Padre que perdonara a los ladrones que eran sus compañeros en la cruz que y se burlaban de Él, también pedía al Padre que perdonara a los soldados romanos que se habían mofado de Él.

Sin embargo, éstos mostraron mala voluntad: le escupieron, le pegaron, le dieran una paliza, le sacaron la barba, le azotaron, le pusieron una corona de espinas en la cabeza y lo clavaron en la cruz. A pesar de todo, Jesús pidió perdón por la muchedumbre enfurecida que se había burlado de Él y pidió Su crucifixión (Marcos 15:29-30).

Explicaciones en la oración de Jesús que decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Es importante notar que la oración de Jesús, “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen,” no es literal que a todos se les dio el perdón aunque fuese sin arrepentimiento y sin fe.Lo importante es que Jesús estaba dispuesto a perdonarles, pues el perdón era, de hecho, la razón por la que estaba en la cruz. Con su sangre limpiaría a todos los cristianos. Las palabras “Padre perdónalos” muestran el corazón bondadoso de Dios.

Jesús oró: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” porque cumplía la profecía del Antiguo Testamento: “Él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los transgresores” (Isaías 53:12). Desde la cruz, Jesús intercedió por los pecadores. Hoy, glorificado y resucitado, Jesús sigue siendo “el único mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2:5).

Jesús oró:” Padre, perdónalos,” porque estaba poniendo en práctica el todas las instrucciones que había enseñado en el discurso del Monte: ”Habéis oído que se dijo:’ Amad al prójimo y odiad a vuestro enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen “(Mateo 5:43-44). Jesús, el perseguido, oró por sus perseguidores.

Junto con la buena disposición de Jesús para perdonar a sus verdugos está el hecho de que ellos no sabían lo que estaban haciendo (Lucas 23:34).

La primera de las siete frases que expresó Jesús desde la cruz tenía que ver con su gran preocupación por el estado de la humanidad, es por ello que llegó a exclamar lo siguiente:

Llegando al sitio llamado ‘La Calavera,’ crucificaron allí a Jesús y a los ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» Y los soldados echaron suertes, concursando entre sí Sus vestimenta. (Lucas 23:33-34 )

A continuación un vídeo explicativo sobre las palabras de Jesús:

Si realizamos un recorrido por los eventos que van desde su arresto hasta su crucifixión.éstos son un poco difíciles de esclarecer, pero si intentamos reconstruir los fragmentos de información que nos provee los diferentes Evangelios, podemos llegar a algo así:

Entre las 12 y las 4 a.m.: Fue llevado a la casa de Caifás, donde tuvo que comparecer ante los principales del Sanedrín.
Alrededor de las 4 a.m.: Fue llevado ante el Sanedrín en el consejo oficial.
Alrededor de las 5 a.m.: Fue llevado ante Pilato.
Antes de las 6 a.m.:Fue llevado ante Herodes.
6 a.m.: Fue llevado ante Pilato y expuesto a la multitud.

Después de pasar por todo esta serie de desprecio; después las cantidad de veces que los judíos habían intentado asesinar; después que se lo haya juzgado injustamente; después que se hayan violado montones de leyes con el fin de ajusticiarlo; de sufrir de la manera que sufrió, en su vida ¿cómo pensamos que serían los sentimientos de Jesús hacia estas serie de fariseos?

A continuación un vídeo sobre Jesús y la expresión que hemos estado estudiando a lo largo de este artículo.

Si Él fuera tan sólo un hombre, seguramente los odiaría a todos y querría lo peor para ellos; eso es a lo que nuestra carne nos lleva o el instinto. Pero debemos entender, que era Dios aun teniendo forma de hombre.

Bajo estas circunstancias, clavado en la cruz, con dos criminales a su lado, dijo la primera de sus siete frases dichas desde la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Vamos a analizarla:

A pesar de todos los sacrificios y los sufrimientos que estaba pasando, él seguía reconociendo que todo formaba parte de los planes de Dios. Es por eso que en esta oración, más allá de las circunstancias, él sigue reconociéndose como su Padre y sigue dispuesto a hacer su voluntad, porque para ello es que vino a la tierra (Juan 5:30, Juan 6:38).

Perdónalos: Jesús, lejos de pedir por su propia situación, centra su oración en los demás. ¡Es por ello que es nuestro gran padre intercede ante nosotros! En lugar de pedir por alivio de su dolor, por un rescate, o por cualquier otra cosa que resultara en beneficio de su persona, de su sufrimiento, él se negó por completo a sí mismo para hablar a Dios en favor de los demás.

Porque no saben lo que hacen: ¿Cuál es el motivo por el que hace esta petición? La necedad del ser humano. Es por eso que el salmista puede decir que el necio dice en su corazón que no hay Dios (Salmos 14:1). Es imposible ante las maravillas de la creación, no evaluar que hay algo detrás de todo ello.

De la misma manera, no tiene sentido pensar en que la humanidad odiara al Hijo de Dios, con todas las profecías que se manifestaron en él. ¡Ellos no sabían lo que hacían! ¡Estaban completamente desquiciados! Es por eso que ante tal sin razonamiento, Jesús en la cruz exige que se les perdone este pecado.

Una oración respondida

Cuando reflexionamos sobre este pasaje, nuestra tendencia es a pensar que Jesús está rezando simplemente por aquellas dos, tres, veinte, quizás cien personas que se involucraron en su arresto y posterior muerte. No obstante, esa es una óptica por completo limitada de la escena que se estaba dando.

Sí, el Señor reza por todos ellos, pero va mucho más allá en su oración, considerando a toda la humanidad. Toda la humanidad es necia; todos rechazamos a Dios. Ninguno de nosotros lo glorificó y le dio gracias por todo lo que hizo (Romanos 1:21); ninguno de nosotros lo buscó alguna vez (Romanos 3:11);

“Todos estábamos perdidos y habíamos tomado cada uno nuestro propio camino” (Isaías 53:6). A pesar de la evidencia que tenemos de la existencia de Dios y de sus bondades, todos los rechazamos, alejándonos de sus doctrinas; todos pecamos contra Él. Por supuesto que ninguno de nosotros supo alguna vez lo que estábamos haciendo al no seguir al Dios Creador.

La situación cambia por completo con este rezo de Jesús. Él, al ser uno con el Padre, siempre vive y ora conforme a su voluntad, por lo que todo lo que pide le es otorgado. Por lo tanto,tenemos que ver la respuesta de Dios a esta oración en algún lado. Es la oración más poderosa sobre la faz de la tierra.No tenemos que ir muy lejos para encontrarla: la muerte del Hijo fue la respuesta. Cuando Él fallece, fue un sacrificio agradable a Dios para el perdón de nuestros pecados, de manera que cualquiera que tenga fe para salvación habiendo nacido de nuevo, pueda llegar a lograr ese perdón por el que Jesús oró.

Partiendo de este gran sacrificio en la cruz, se rasgó el velo que nos separaba de Dios, y tenemos libre acceso a él. A partir de la muerte de nuestro Señor, hay esperanza para todo el que ponga su fe en él. Ya nos damos cuenta nuestra comunicación con nuestro señor Jesús no oró específicamente por quienes lo estaban crucificando.

Lo hizo por todos aquellos que habían de creer en Él para salvación. A todos ellos el Padre los perdonó, y le concedió la petición a su Hijo, incluso cuando ninguno de nosotros sabíamos lo que estábamos haciendo al rechazar a Dios y despreciar una salvación tan grande y sutil.

Aquí tenemos la respuesta a la oración :

Entre los oficiales romanos: Mateo 27:54 dice que ellos reconocieron que él era verdaderamente el Hijo de Dios.
Entre los sacerdotes judíos: Hechos 6:7 dice que entre los creyentes había varios sacerdotes.
Entre la humanidad en general: Todos aquellos que nacieron de nuevo por medio de la gracia de Dios.Con el perdón de los pecados.

Un ejemplo

A partir de tal demostración de amor hacia sus enemigos (es decir, todos nosotros, que éramos enemigos de Dios (Romanos 5:10)), pidiendo por el perdón de aquellos que lo despreciaron, Jesús estaba sentando un precedente que debía ser obedecido por todo aquel que quisiera ser su discípulo.Él nos dio su ejemplo. Siendo así, la oración que Jesús hace por todos aquellos que lo rechazaron, es digna de imitar por los que estamos unidos a él, cuando nos toque pasar por momentos de sufrimiento y persecución.

Si hubo alguien que entendió esto perfectamente fue el diácono de la Iglesia primigenia de Jerusalén Esteban, segun se refiere en Hechos 7:60 – Cayendo de rodillas, clamó en alta voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado.” Habiendo dicho esto, se durmió.

Luego de ser culpado injustamente por predicar el Evangelio, él habló a tal punto de las debilidades de las creencias fariseas, que ellos heridos no pudieron hacer más que tomarlo y apedrearlo hasta la muerte. Con sus últimos suspiros, este joven diácono, que apenas comenzaba su ministerio, oró de manera similar a la que había orado Jesús.

Él, un varón lleno del Espíritu, entendía lo importante que es amar a nuestros enemigos y a quienes nos persiguen, aun cuando sólo recibamos maltratos a posteriormente, conocía que iba a morir,difícilmente había vuelta atrás para su deceso.

Pero el morir no era lo que le preocupaba; él no le pidió a Dios ser librado del castigo que estaba recibiendo. Lo que verdaderamente le importaba a este hombre era que esas personas que le tiraban piedras se estaban yendo directo al infierno por ser incrédulos.

Entre esa gran masa de personas se encontraba ni más ni menos que el apóstol Pablo. ¿Es posible que la oración de Esteban fue la diferencia para este hombre y así pudiera llegar a los pies de Cristo?

Entonces, de la misma manera que lo hizo Jesús y Esteban sigue su gran ejemplo, nosotros somos llamados a negarnos a ser quienes somos y a mirar a las demás personas como Dios las mira. Fiódor Dostoyevski nos da una definición de lo que es amar a alguien en una frase que impacta: “Amar a una persona significa verla como Dios quería que fuera”.

No tenemos que ver a las personas a través de la maldad de sus acciones, sino que debemos pensar en ellas de la manera en que Dios las había creado para que tuvieran una perfecta comunión con él, antes de que el pecado estableciera la brecha entre ambos. Sólo cuando entendamos esta perspectiva vamos a poder tener verdadera compasión por todos aquellos que se pierden día a día.

Tenemos que ser misericordiosos con otros, porque Dios fue compasivo con nosotros al perdonar toda nuestra maldad por medio de la obra de Cristo (Efesios 4:32).

La oración de Jesús Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, fue respondida en la vida de muchas personas. El centurión romano al pie de la cruz, al ver cómo Jesús murió, exclamó: “Ciertamente este hombre era el Hijo de Dios”. (Marcos 15:39). Uno de los dos ladrones crucificados con Jesús ejerció la fe en Cristo, que le prometió el paraíso (Lucas 23:39-43).

Un miembro del sanedrín se ha unido públicamente con Jesús (Juan 19:39). Y, poco más de un mes después, tres mil personas en Jerusalén fueron salvas en un día como la iglesia comenzó (Hechos 2:41).

En la cruz Jesús proveyó perdón para todos aquellos que quisieran creer en Él (Mateo 20:28). Jesús pagó el castigo por los pecados que cometimos en nuestra ignorancia, e incluso por los pecados que cometimos sin ser conscientes. Cuando nacemos de nuevo, nosotros también nos convertimos, somos respuesta a la oración de Jesús:” Padre perdónalos porque no saben lo que hacen “.

Que esta frase revelada por Jesús nos lleve a la adoración de su nombre por tan sublime amor y misericordia infinita y que también nos lleve a la activación para que nosotros podamos mostrar ese mismo amor para con todo aquel que se está perdiendo de las bendiciones y bondades de nuestro señor.

Padre perdónalo porque no saben lo que hacen. Continúa la desconfianza entre quienes apoyan que solo es una historia esta frase y ,al mismo tiempo, consideran que no existen documentos que respalden que fue realmente dicha por Jesús.

Los que creemos lo contrario, lo hacemos apoyados en nuestra fe, aunque muchos se pregunten aun si ¿Jesús dijo esta frase en la Cruz? Esperamos que l a información que compartimos con ustedes les permita sacar sus propias conclusiones al respecto.

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